El 31 Festival de Cine de l’Alfàs del Pi acogió anoche el preestreno de ‘Utoya.22 de julio’, de Erik Pope, una película sobre los atentados perpetrados en 2011 en Oslo y en la Isla de Utoya que se vivió con emoción en el municipio, especialmente entre los residentes de la comunidad noruega.
La periodista noruega Ann-Louise Gulstad confesaba minutos antes del inicio de la proyección que no sabía si iba a ser capaz de ver la película. “Es demasiado emotivo para mí. Me acuerdo de entrevistar a las víctimas para varios artículos y, sólo de pensar en ellas, me duele”, declaró. Ella se encontraba de vacaciones en Madrid cuando ocurrieron los atentados. Estaba durmiendo cuando recibió la llamada de su director preguntando por lo sucedido. “No me lo creí. Lo primero que pensé es que no podía estar sucediendo. Eso no pasa en Noruega. Luego, cuando vi las imágenes, tuve la impresión de estar viendo una película”, relató.
El sociólogo y matemático noruego Johan Galtung relató anoche que conoció a Anders Behring Breivik, autor de los atentados, en el Profesorado para Estudios de Conflicto y Paz. “Era mi asistente”, relató. Galtung confesó que, en su caso, tenía emociones encontradas: de un lado, al recordar a Breivik durante su etapa de ayudante, “el bueno entre comillas, cuando era diferente y no se había distanciado”, y de otro, al pensar en el Breivik que perpetró el ataque terrorista, “una violencia tan extrema y en un sólo día, empezando por el edificio del Gobierno y después en Utoya, matando, matando y matando”.
Johan Galtung es uno de los más importantes teóricos actuales de Ciencias Sociales. Su obra representa una de las mayores aportaciones a los estudios para la paz y su teoría de conflictos es un referente mundial. Anoche nos contó que su nieta por casi pierde la vida en la Isla de Utoya.
Daniel Arazola vivía en Noruega cuando sucedieron los atentados. Él, que ya había visto la película, explicó antes de la proyección que inevitablemente “te llegan las emociones de ese día”. Daniel, de madre noruega, conocía a dos de las víctimas: una compañera de instituto, que falleció con 18 años, y un compañero de un equipo de fútbol, que consiguió salvarse.
Los atentados del 22 de julio de 2011 en Oslo y la Isla de Utoya se vivieron en l’Alfàs como propios, con mucho dolor. Así lo recordó anoche el alcalde, Vicente Arques. “Fue un golpe durísimo para la colonia noruega del municipio y desde ese día, el ayuntamiento conmemora cada año a las víctimas y el estreno de esta película es un homenaje más que hacemos desde l’Alfàs a los fallecidos y a sus familias”, manifestó.
Según explicó Elisabeth Marandi, asesora de alcaldía, “es la tragedia más grande que ha pasado en Noruega, un país pacífico que jamás había vivido un ataque terrorista”. No hay un solo residente en l’Alfàs que no tenga vinculación con las víctimas, ya sea porque han perdido a algún amigo o familiar en los atentados o porque conocen a alguien que sí lo ha perdido. De hecho, un amigo íntimo de su madre falleció en el atentado de Oslo y tres jóvenes del Partido Laborista de su vecindario fueron asesinados en Utoya. De ahí que Elisabeth calificara el estreno de anoche de “muy especial, muy sensible y muy conmovedor”.
Es la primera película de ficción sobre el ataque perpetrado por el ultraderechista Anders Behring Breivik en la Isla de Utoya, tras poner un coche bomba en Oslo, atentados en los que asesinó a 77 personas, la mayoría adolescentes que participaban en un campamento del Partido Laborista. Pope reconstruye la matanza en tiempo real, convirtiendo al espectador en uno más de los chavales del campamento.
La cinta, premiada en el Festival de Berlín de 2018, llega a las salas de toda España el próximo viernes 19 de julio, aunque aquí en l’Alfàs del Pi se ha podido disfrutar diez días antes con motivo de la celebración del Festival de Cine y por la vinculación que este municipio tiene con la comunidad noruega, presente en la localidad desde hace medio siglo. Es la colonia noruega más numerosa y más antigua de España y, por ello, sintió estos atentados como propios. Desde entonces, cada 22 de julio, la comunidad alfasina recuerda a las víctimas y a sus familiares.
Además, en el Parque por la Paz Johan Galtung, en la avenida Constitución, se erige la escultura ‘Utoya’, donada por el artista vasco Agustín Ibarrola, una obra de arte que simboliza el compromiso con la libertad y con la paz. A los pies del monumento, cada año se depositan rosas rojas en recuerdo de las víctimas.
L’Alfàs cuenta con más de 2.500 noruegos empadronados y una población real estimada que oscila entre los 5.000 y los 8.000 residentes procedentes de este país. Las cifras son contundentes y hablan por si mismas: el Club Noruego Costa Blanca, con más de un millar de socios, celebra este año su 49 aniversario. Pero además, en l’Alfàs del Pi hay dos centros educativos sostenidos por fondos públicos noruegos, una residencia noruega para personas mayores, tienen su propia Iglesia en l’Albir y el único Centro de Voluntariado -Frivilling- que el Gobierno noruego ha abierto fuera de sus fronteras. Una ciudad que cada 17 de mayo conmemora el Día Nacional de Noruega como si fuera su propia fiesta nacional, celebración que se ha convertido en una jornada singular de convivencia entre ambas culturas.
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